Preguntas Frecuentes

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Preguntas Frecuentes

Implantes Dentales

Un implante es una prótesis destinada a reemplazar la raíz de un/os diente/s perdido/s. Una vez el implante se encuentra integrado en el hueso, se realiza una corona para reponer el diente.

Los implantes son de titanio, que ha demostrado ser un material capaz de unirse al hueso mediante un proceso denominado osteointegración. El titanio no produce alergias ni reacciones en el organismo, por lo que es un material totalmente seguro.

Frente a un puente, el implante al reponer la raíz de un diente perdido, evita tener que desgastar los dientes adyacentes sanos, además, en casos en los que los dientes vecinos tengan cierto grado de pérdida de hueso, no sobrecargamos estos dientes ni dependemos de la viabilidad de estos dientes.

Frente a un aparato de quitar y poner, tiene la gran ventaja de que es fijo.

Existen cuatro fases de tratamiento:

  • Diagnóstico.
    • En esta fase el profesional debe valorar diferentes aspectos tanto quirúrgicos como protésicos, para lo que se requieren diferentes pruebas clínicas (modelos, férulas quirúrgicas…) y radiográficas (radiografía panorámica, escáner…). Cada caso es diferente, no siendo necesarias todas las pruebas en todos los casos.

  • Cirugía.
    • La colocación de los implantes se realiza mediante una cirugía en la que se prepara un lecho en el hueso para alojar el implante. Por lo general se realiza con anestesia local y el postoperatorio es muy leve o nulo en la mayoría de los casos, pudiéndose producir inflamación y hematoma en casos en los que sea necesario colocar muchos implantes.
      Hay ciertos casos en los que la cirugía puede realizarse con sedación intravenosa, practicada por un anestesista, como casos muy largos o pacientes muy nerviosos.
      Entre la colocación de los implantes y la colocación de los dientes transcurre un periodo de 2-4 meses en función de la cantidad y calidad del hueso en cada caso (fase de osteointegración).

  • Prótesis.
    • Una vez transcurrido el periodo de osteointegración, se realiza la prótesis sobre los implantes que repone los dientes ausentes.

  • Mantenimiento.
    • Una vez colocadas las coronas sobre los implantes, el paciente debe tener una buena higiene y acudir periódicamente a controles cada 3-12 meses. Los implantes no requieren una higiene especial respecto a los dientes, pero sí es necesario cuidarlos.

Los pacientes periodontales son los pacientes en los que más implantes se colocan. Para ello, es necesario que la periodontitis esté tratada y controlada y el paciente tenga un adecuado nivel de higiene. Si se colocan implantes en un paciente con periodontitis no tratada, existe el riesgo de que las bacterias que producen la destrucción del hueso alrededor de los dientes se traspasen a los implantes y se produzca una periimplantitis, por eso los pacientes periodontales con implantes, deben acudir a mantenimiento más frecuentemente que los pacientes no periodontales con implantes.

Periodontitis

La periodontitis (antiguamente llamada Piorrea), es una infección bacteriana producida por las bacterias existentes en la placa bacteriana y el sarro, estas bacterias producen la reabsorción de los tejidos de sostén del diente (hueso, ligamento y encía). Al perder sujeción, los dientes se mueven y finalmente se caen o requieren ser extraidos.

Sí la periodontitis tiene tratamiento si se detecta en estadíos iniciales o moderados, pudiendo evitarse que los dientes se pierdan. Hay casos en los que el estado es más avanzado, en los que podemos alargar la vida de los dientes. Si el deterioro es excesivo será necesario realizar la extracción de la pieza.

Los casos leves pueden ser tratados por dentistas generales que tengan conocimientos de periodoncia, para tratar los casos más avanzados es recomendable acudir a un dentista especialmente formado en el tratamiento de la periodontitis, un periodoncista.

No podemos decir que exista transmisión genética de padres a hijos, pero lo que sí se ha demostrado es que hay personas que tienen una mayor predisposición a tener periodontitis que otras.

Se ha demostrado una transmisión bacteriana entre parejas, así como de madres a hijos, pero aunque la presencia de bacterias es necesaria para la aparición de la enfermedad, su mera presencia no implica que el paciente desarrolle periodontitis, ya que la periodontitis es una enfermedad multifactorial, donde influyen factores como la genética, el estrés, determinadas enfermedades (inmunológicas, diabetes…) o el consumo de tabaco.

Mucha. El tabaco es probablemente el factor secundario más importante en la aparición y el progreso de la periodontitis. El tabaco produce una disminución de la calidad de las células defensivas, por lo que las bacterias encuentran menos impedimento para progresar en un paciente fumador que en uno que no fuma.

Además hay estudios que han demostrado que los pacientes con una genética positiva para desarrollar periodontitis, que además fuman, multiplican exponencialmente la probabilidad de desarrollar la enfermedad.

Por todo esto es muy importante que el paciente que comienza un tratamiento periodontal disminuya el consumo y a ser posible deje de fumar.

El primer signo de alarma que el paciente puede notar es sangrado en la encía, esto ocurre como consecuencia de la inflamación que produce la placa bacteriana sobre la encía. Los pacientes fumadores no tienen tanto sangrado, debido a la vasoconstricción que produce el tabaco, por lo que no notan este signo de alarma.

Hipersensibilidad: Se produce como consecuencia de una exposición de la raíz al perderse el hueso y la encía que la cubren.

Movilidad: Como consecuencia de la falta de sujeción, los dientes comienzan a moverse.

Mal sabor y mal olor de boca (halitosis), como consecuencia de productos liberados por las bacterias, ambos síntomas mejoran con el tratamiento periodontal.

Lo primero que hay que realizar es un estudio minucioso en el que se recogen tanto datos clínicos como radiológicos y en determinados casos microbiológicos que le van a permitir al profesional realizar un adecuado diagnóstico del grado de afectación que presenta el paciente y en consecuencia asignar a cada diente un pronóstico independiente, y por tanto un pronóstico general que permitirá planificar el tratamiento más adecuado.

La primera fase de tratamiento se llama raspado y alisado radicular, se realiza con anestesia local y consiste en la eliminación del sarro que está adherido a la raíz bajo la encía. No es doloroso ni produce inflamación de la cara y el paciente puede realizar una vida normal.

Aproximadamente un mes tras la realización de la fase de raspado, se realiza una reevaluación, donde se registran de nuevo todos los datos clínicos que se tomaron el día del estudio, el objetivo es evaluar la respuesta al tratamiento y determinar si es necesario realizar algún tratamiento más.

Si en la reevaluación sigue habiendo áreas donde se aprecia cálculo en la zona más profunda de la raíz, estará indicada la realización de una pequeña cirugía periodontal para acceder a eliminar este sarro y remodelar ligeramente el hueso alveolar para que la higiene tanto por parte del paciente como cuando acuda a la consulta, sea más fácil. Este tratamiento también se realiza con anestesia local (la misma que se necesita para hacer un empaste) y el paciente puede realizar una vida normal, presentándose en algunos casos una ligera inflamación de la cara.

Tanto si es necesario realizar cirugía periodontal como si sólo es necesario realizar raspados, el paciente debe entrar en una pauta de visitas de mantenimiento periodontal, que se realizan cada 3-6 meses dependiendo del grado de afectación periodontal y de la colaboración por parte del paciente (nivel de higiene, consumo de tabaco…). Ésta es sin duda la parte más importante del tratamiento y es la clave para que la evolución del tratamiento sea la más adecuada.

Por lo general no se puede recuperar, el objetivo del tratamiento es detener la progresión de la pérdida ósea para de esa forma evitar que se pierdan los dientes aunque en determinadas situaciones sí somos capaces de regenerar el hueso perdido, mediante la aplicación de productos que favorecen la formación de nuevo hueso (ver casos clínicos).